De por sí ya es un lío lograr armar un cubo Rubik, como para que ahora haya que averiguar las combinaciones que forman, por ejemplo, a La Mona Lisa o la cara de Alex de Large, o sea sí está cañón! A muchos podrá no parecerles gran cosa, pero no cualquiera convierte una actividad tan estresante en arte (en serio, a quién se le ocurrió que el Rubik era un juguete?).
Hasta hace un tiempo, los mosaicos de colores no tenían otro sentido en la vida más que decorar el baño, pero en vista de que el arte, como reflejo mismo de una sociedad, está ávido de nuevas propuestas, hasta estos cuadritos se han vuelto protagonistas de magníficas piezas callejeras y de museo.
El post anterior te presentamos el interesante trabajo de Invader en las calles, un artista francés que se ha dedicado a darle a las ciudades un toque retro-virtual, formando personajes de videojuegos 8 bit con esos mosaicos. Pero su trabajo no se limita a las paredes.
Invader también trabaja con cubos Rubik, ese que se volvió tan famoso en los 80 y que había que girar y girar hasta que sus seis caras quedaran del mismo color. Así, haciendo girar su caras y uniendo varios de estos cubos, Invader forma grandes piezas en tercera dimensión que imitan otras famosas obras de arte, portadas de discos o simplemente esculturas de su propia invención.
La magia del Rubikcubism, siguen el concepto de pixelación con el que inició su obra, y de algún modo evoca la antigua corriente impresionista, y la técnica del puntillismo con un toque vanguardista y contemporáneo. Sus piezas han sido expuestas en numerosas galerías y esto es sólo una muestra de su trabajo, el cual por supuesto, se aprecia mejor de lejos.
0 comments:
Publicar un comentario